sábado, 2 de mayo de 2009

Llevo ya un tiempo dando más y más vueltas a esto de escribir mi sexo. Supongo que aparte de intentar hacerlo medianamente bien y como siento, vuelvo a contradecirme, ya que mi objetivo inicial era contar el sexo tal y como yo lo vivía y sentía y aunque no me he desencaminado demasiado de eso el concepto "realidad" es demasiado ambiguo. Parece que a la gente le importa más saber si ese polvo que eche con dos tíos es cierto o si puedo llegar a ser tan puta en algunos momentos. Momentos. Creo que esa es la clave. Tal vez he explotado demasiado el tema y por eso parece que mi manera de funcionar ante algunas situaciones se convierte en mi única manera de funcionar. Nada más lejos de la realidad. bueno, eso igual es una exageración.
Es muy simple pensar que esa soy yo y punto, por más retorcida que me suene yo a veces al repasar mis experiencias. Si el blog es sobre sexo, lo lógico es escribir sobre sexo, deducir de esa lectura que es lo único que existe en mi vida y que yo soy algo así como una guarra adicta al sexo que solo piensa en el beneficio propio y en calentar las pollas de algún que otro lector, es, además de una reacción que ya esperaba, un dato más a tener en cuenta, para hacer por mi parte otro juicio simple de la gente. Vamos bien.
El sexo me sigue gustando, claramente. pero supongo que en estos días en que mi líbido no está muy descabezada y me impone algunos juicios de moral que tarde o temprano iban a llegar (supongo que es algo hormonal, sigo pensando igual que antes), me planteo escribir sobre otras cosas. Escribir sobre otras cosas aquí, obviamente. Mis primeros textos en primaria no trataban de como me restregaba con las esquinas y hasta ahora otro tanto de lo mismo. A ver si voy a ser yo ahora la que simplifique mi existencia, tan extensa, tan duradera.
Pues eso. Que hoy me he levantado un poco antes de lo habitual para escribir un artículo sobre un señor que me pareció incluso atractivo, para narrar lo util que será para nosotros, estudiantes audiovisuales, su charla y su carisma y el juego de amor odio que se traía con la profesora. Pero resulta que a mí siempre me dan ganas de escribir cosas mías cuando tengo que escribir cosas para otros así que, antes de dejar mi resistencia a un lado, antes de coger entre manos ese gran libro sobre fuentes de la información que compré en reprografía, quiero escribir un poco lo que me salga de mi redonda nariz.

1 comentario:

  1. Bienvenida al mundoblog donde mucha gente te tomará al pie de la letra aunque escribas sobre asesinatos ficticios.
    No sé, a mí me gusta escribir sin pensar demasiado en las consecuencias, y eso que a veces los comentarios reflejan todo lo contrario que quería expresar, o suscitar...
    Escribes bien, y escribir bien sobre sexo es más difícil que sobre cualquier otra cosa. Eso es lo importante.
    Saludos desde este puente desierto en madrid ;)

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